Si no estás contento de tí, ¿quién lo estará?
Si no sientes orgullo por lo que haces, ¿quién lo sentirá?
Si no tienes respeto por tus acciones, ¿quién lo tendrá?
Si no sientes admiración por lo que emprendes, ¿quién la sentirá?
Si no das crédito a tus decisiones, ¿quién se fijará en ellas?
Si eres capaz de engañarte a tí mismo, ¿a quién no engañarás?
Si aún no has aprendido el verbo comprender, ¿cómo pretendes conjugar el verbo amar?
Si pones hiel en las más puras emociones, ¿por qué te quejas de llevar una vida amarga?
Si destruyes todos los caminos que te traen afecto, ¿por qué lamentas la sociedad en que vives?
Si oscilas entre el pasado y el futuro, ¿cómo puedes disfrutar el presente?
Si no te dispones a perdonar las faltas ajenas, ¿con qué derecho esperas perdón para las tuyas?
Si nunca te decides a partir, ¿por qué ansías tanto llegar?
¿Por qué? ...
Por que de lo que se come se cría... Haz bien sin mirar a quien.
Área de descanso San Simón.
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